miércoles, 11 de enero de 2012

Noa-noa, n. 3



Una estampa alquímica duplicada y el fragmento manuscrito, también duplicado (en checo y en francés), de un poema de Petr Král, componen este número tercero de los “Noa-noa”. Nuevamente, Cesariny anuncia un próximo número que no aparecerá, en este caso dedicado a Allan Graubard, figura mayor del surrealismo estadounidense.
Petr Král colaboró en los Textos de afirmação e de combate do movimento surrealista mundial, el beligerante libro de Mário Cesariny que fue un verdadero detonante para una época en que el surrealismo parecía enterrado. Su artículo, firmado en París en 1976, trata de “Los combates del surrealismo checo y eslovaco”, y acaba con estas palabras:
“Una viva herencia del pensamiento surrealista, afírmese o no como tal, continúa su curso en la Checoslovaquia actual, bajo diversas formas y en varios niveles. En cuanto a la polémica de ese pensamiento con la realidad ambiente, se encuentra hasta más viva que nunca: los trabajos recientes de Vratislav Effenberger, insertando sus comentarios sobre la actual «crisis de conciencia» en el marco de la investigación del grupo BLS de París, son testimonio tan válido de esa vivacidad como las reflexiones que un Stalislav Dvorsky publica solitariamente en un plano más filosófico de la «fenomenología del espíritu humano». Pese a la penumbra que bebe nuestros gestos, y al menos en cuanto la noche no se cierre por completo, el futuro, allá o aquí, en nosotros como a nuestro alrededor, no dejó de abrirse”.
Siete años después, Petr Král publicaba su antología de textos del surrealismo checoslovaco, cerrándolo en 1968, año que ahora resultaba haber supuesto, para el surrealismo, “su entrada definitiva en la historia”, lo que, evidentemente, no pensaba su amigo Mário Cesariny.
Las citadas palabras se las había llevado el viento.