miércoles, 1 de agosto de 2012

The Cabo Mondego Section of Portuguese Surrealism: “Para montante das fontes”


Este colectivo abierto del movimiento surrealista, creado en 2008, sigue su irrefrenable actividad, esta vez celebrando una exposición, titulada “Para montante das fontes”, en el Museo Municipal de Espinho, población piscatoria al sur de Oporto. Durante tres meses, se verán, junto a un océano tempestuoso, unas 150 obras de Maria Celeste Tavares, Marta Perez, Pedro Prata, João Rasteiro, Seixas Peixoto, Luiz Morgadinho, Miguel de Carvalho, Rik Lina, Sergio Lima, Jan Giliam, Miguel Flores, David Coulter, Kate Khurkuff, Gregg Simpson y Michael Vandelaar.
A lo largo de cinco fértiles años, la actividad de este colectivo devino en la creación de textos, manifiestos, esculturas y pinturas colectivas automáticas, elaboradas entre diversos creadores de los diferentes continentes, con un acentuado sentido internacionalista que es uno de los rasgos distintivos de la actual presencia surrealista en las tierras lusitanas. Como es sabido, esa dimensión internacional del surrealismo portugués ya la insufló desde los años 60 nuestro inolvidable Mário Cesariny, pudiendo verse la exposición de Coimbra de 2008, organizada por Miguel de Carvalho, como una actualización de la que hicieron Cesariny y Carlos Martins en 1984.
Se celebra en la Galeria Amadeu de Souza-Cardoso del Museu Municipal de Espinho, lo cual está muy bien, habiendo sido este gran artista portugués una figura ejemplar que solo despierta simpatías entre nosotros. La inauguración fue ya muy singular: pintura automática colectiva en el museo, realizada al unísono por artistas y poetas.
Del folleto de la exposición entresacamos estas líneas: “La agrupación acoge a los surrealistas que de libre voluntad se agregan a sus actividades, teniendo como base el trabajo automático, azar, juegos, «objetos encontrados», etc., en plena libertad, esto es, sin técnicas, sin reglas, sin limitaciones ni imposiciones de especie alguna. La designación de Cabo Mondego proviene de la localización geográfica residencial de los fundadores de la «agrupación» y por existir un faro con 150 años de existencia, que ilumina a los navegantes nocturnos las amplias rutas y las visiones de los elementos de este Cabo. (...) Las actividades del grupo no tienen lugar solo en «centros de creación» como estudios, museos y/o fundaciones, sino también y sobre todo en ambientes cuyas atmósferas tienen un sentido mágico-poético que permiten derivas interiores psicogeográficas, entre los cuales destacan las florestas del Cabo Mondego, los cafés seculares de Coimbra, antiguas industrias, fortalezas y otros lugares de fuerzas telúricas y secretas, bebiendo de nacientes cristalinas en el estado salvaje –porque la libertad individual es un bien superior”.

Merece resaltarse también el breve texto de Rik Lina “Un delirio de acción”, precedido de una cita de Christian Dotremont (“En un delirio de acción, una acción dialéctica del sueño y de la acción, de la forma y del contenido... una unión cada vez más amplia de artistas experimentales”): “La pintura automática colectiva es un intercambio de dos, tres o más mundos de experiencias que une diferentes maneras de pintar, diferentes maneras de sentir y pensar, y diferentes maneras de expresarlo independientemente. No como un collage de ideas, o como una construcción de personalidades, sino como una estrategia de libertar una espontánea búsqueda por un nuevo lenguaje pictórico colectivo. En el transcurrir del proceso de esta suerte de ritual («un delirio de acción») tiene lugar un desarreglo de expectativas personales y estéticas, dando lugar a una divertida confrontación y a un entrelazamiento de varias y muy diferentes particularidades culturales y estilísticas. Todas las intenciones originales son incorporadas en una nueva organización de la pintura, mientras que la obra es inventada in situ, suplantando los elementos personales originales, creando algo que nadie podría haber pensado solo. Esta forma de «trabajar en conjunto» –de tocar juntos, como si se tratara de la improvisación musical en una banda de jazz– es un proceso continuo de creación y destrucción, al paso que cada pintura se convierte en un laberinto dinámico, un recreo, unido por la creación individual y el descubrimiento colectivo”.

Ilustraciones: Cadáver exquisito por Miguel de Carvalho, Miguel Flores, Pedro Prata y Rik Lina, 2011, incluido en la edición de Debout sur l’Oeuf “O gato do adro”. “Os teus cabelos de turmalina”, página de “Palavras-tinta” de Miguel de Carvalho y Rik Lina, en las mismas ediciones, 2009.