miércoles, 2 de diciembre de 2015

Rik Lina: la aventura del dibujo

Rik Lina, Reefscape, 2002

Vuelve Rik Lina a ser noticia en nuestra página, al acabar de aparecer en Amsterdam el libro Het avontuur van tekenen, antología de unos 300 de los millares de dibujos que ha realizado desde fines de los años 50, elegidos por él mismo como los más característicos de sus sucesivos momentos. Los diferentes capítulos cronológicos –nueve en total– van precedidos de poemas de Jan Bervoets, otra notable figura del surrealismo neerlandés.
Rik Lina,
Liana, 2012
Una de las cosas que más sorprenden en la obra dibujística de Rik Lina es la poderosa unidad que ofrece, siempre bebiendo en las mágicas fuentes de la naturaleza, como si fuera un amerindio trotamundos. Por sus imágenes de trazo rápido y seguro pasa la vida secreta y salvaje, árboles, bosques, junglas, montañas, cardos, arrecifes coralinos, animales pelágicos a la deriva de los mares, rayas, medusas, delfines, pulpos, tiburones, pájaros, pelícanos, camarones, mariposas, colibríes, lagartos, cactus, lluvias tropicales, terremotos, torbellinos, huracanes, constelaciones... También, dragones que evocan los de Renzo Margonari. Y muchas veces, las exuberantes formas femeninas irrumpiendo, incluidas las de una mujer tiburón (la mujer tiburón hace pensar en la célebre aventura de Maldoror, a quien por lo demás se celebra, en expresiva continuidad y fidelidad, tanto en El meteoro. Lautréamont, que es de 1971, como en Maldoror, que es de 2000).
Erotismo, metamorfosis, ascensión de lo sutil por separación de lo espeso, el principio omnipotente de la analogía y la música de la naturaleza, que es la más bella música, aunque Rik Lina también presente varios Free jazz de diferentes épocas, en la ecuación que para él hay entre el jazz y el automatismo plástico.
En la primera foto de las que abren las secciones del libro tenemos a Rik Lina en los Pirineos, año de 1963, y en la última lo vemos dibujando en el Cabo Mondego en 2010; en medio quedan Amsterdam, Bonaire, Saba (el bosque de Elfin y la bahía de Wells), Scuba, el desierto Atacama de Chile. El Cabo Mondego parece ser su residencia definitiva, en uno de los países que ha acabado consagrándose como una de las tierras electivas del surrealismo. Hasta el punto de que también a Rik Lina, como recientemente a Miguel de Carvalho y a Zuca Sardan, lo ha inspirado Mariana Alcoforado –en su caso multiplicada nada menos que por tres (Tres monjas portuguesas, 2009).
De 1959 a 2015, Rik Lina ha protagonizado una de las aventuras más fértiles, duraderas e inspiradas del territorio surrealista, todo un triunfo –sobre la realidad rugosa– de los lujos alquímicos del automatismo, que al final no viene a ser sino un retorno en nosotros de la voz de la naturaleza.
La edición de Het avontuur van tekenen se debe, como la de Multiversum, a kadeKUNST, Amsterdam (www.kadekunst.nl).

Rik Lina en el Cabo Mondego, 2010