domingo, 21 de agosto de 2016

“Spectra”, 2


Tras el primer número de Spectra, que el año pasado constaba de fotos de Raman Rao, llega un segundo no menos que sensacional, nueva demostración del vigor creativo del surrealismo en su proyección estadounidense.
Participan ahora, aparte el maestro de ceremonias, Timothy Robert Johnson, Byron Baker, Thom Burns, David Coulter, C. Brooke Rhotwell y, a título de homenaje póstumo, con dos de sus características imágenes, Samuel Ribitch.
Por bonito azar, el tema elegido es el bosque (“At the edge of the forest”), que ensalzábamos hace pocas semanas a propósito del libro sobre Radovan Ivsic, quien, por cierto, tras la ruptura del grupo parisino en 1969, llegó a enlazar con los surrealistas que se habían alejado del grupo de Chicago, en concreto con el grupo Hydra. También este bosque de ahora es un bosque insumiso, o no estuviéramos hablando de surrealismo. No es pues el bosque de senderistas, deportistas, ecologistas, científicos, personal motorizado, burócratas, guardas, negociantes y resto de camarilla expoliadora, degradadora y contaminante. Sino todo lo contrario.

Byron Baker, Una sull'atra

Los poemas presentados –en forma de collage, pintura y fotografía– rayan todos a la misma altura, tras Raman Rao poner las cartas sobre la mesa con esa increíble fabulación onírica submarina que invita a todos los viajes y sueños insumisos. De Timothy Robert Johnson hay solo una muestra, en su diálogo permanente, tan fértil, con las culturas amerindias, y de Byron Baker también solo una, con sus pequeñas figuras, que componen ahora una “convergencia de fenton-joules”. Thom Burns ofrece sus simetrías delirantes, pero también una conversación entre texto e imagen y las secuencias de un rítmico rollo de película. Los colores vivos, la fantasía desbridada, el humor bebido en las fuentes de la cultura popular definen los collages intuitivamente infalibles de David Coulter, con piezas marcantes como “Aventuras del Hombre Verde”, “Arcimboldistas aproximándose a las orillas de los soñadores lusitanos” y “La prótesis de abril”. El “Inventario de encantamientos” de Rhotwell consta de frases detonantes que acompañan en un caso una foto de Raman Rao y en otro el detalle de uno de los collages de Coulter. De Raman Rao son en fin, varias de sus indagaciones fotográficas, tan originales y ajenas a todo esteticismo, una de ellas ilustrando la ardua labor de aquel miembro de la Gran Academia de Lagado gulliveriana que “llevaba ocho años estudiando un proyecto para extraer rayos de sol de los pepinos, que debían ser metidos en redomas herméticamente cerradas y selladas, para sacarlos a caldear el aire en veranos crudos e inclementes”. 
Los orígenes y la singladura de estos seis nombres claves del movimiento surrealista en sus últimas décadas pueden conocerse a través de los dos tomos de Invisible heads, que no me cansaré de recomendar a quien aún no los conozca. De ellos extraigo las dos imágenes que complementan esta noticia.

David Coulter, Asalto al gran tren, 2006