domingo, 25 de septiembre de 2016

Richard Misiano-Genovese, explorador de los azares del inconsciente

Richard Misiano-Genovese,
Narciso onírico 1
La Belle Inutile acaba de editar una recopilación de escritos de Richard Misiano-Genovese, en total diez textos la mayoría de los cuales de alcance teórico, aunque con frecuencia inclinados sobre sus propias invenciones y el extenso poema “Comtesse deshabillée”, de elaboración muy reciente. Título: The cheese devours the mouse, and other writings.
El ensayo que da título al libro da cuenta de cómo Misiano-Genovese ha retomado la invención de los “estiramientos” de Marcel Mariën (con quien él llegó a entablar contacto), superando rotundamente la consideración del surrealista belga como un procedimiento de uso único, cuando se trata, en efecto, de un “método virtualmente ilimitado”. Sobre esto, por cierto, decíamos algo hace muy poco, a propósito de un juicio desafortunado de Benjamin Péret sobre Jorge Cáceres.
Richard Misiano-Genovese, Superimposición
Algunos de estos textos aglutinados ya eran conocidos. Así, la crítica de Los ojos sin rostro de Georges Franju, publicada en el número 7 de Patricide, y que va más allá de una simple crítica de un filme para convertirse en un ensayo sobre el cine en general y el surrealista en particular. Así, el titulado “Castillo cráneo”, sobre la tecnología, aparecido en el n. 2 de Hydrolith y, en traducción francesa, en el n. 2 de Loup-Garou. Y así, la reflexión sobre las “superimposiciones”, que abría la muestra en libro que de ellas hizo el artista recientemente. Las notas sobre las “excavaciones”, en cambio, combinan las ya conocidas de 1985 con otras de 2006. Del mismo modo, las notas sobre las “litografías alteradas” viajan de 2002 a 2010, aquí Misiano-Genovese señalando la necesidad de explorar el lado oscuro del ser humano, con su naturaleza destructiva y su crueldad, lo que subvierte de inmediato el “buen gusto”, una noción que, aunque nacida en el siglo XVIII, se ha ido metamorfoseando continuamente hasta llegar a los tiempos políticamente correctos. Y es que todo siguen siendo cortinas de humo; y que, como le escribió en una ocasión Victor Brauner a André Breton, “los hombres han tenido siempre miedo del sueño y de la inspiración”.
Otras notas, de 2014, se ocupan de la fotografía, la que “abre las puertas de lo maravilloso” (noción clave en el artista y ensayista, como las de azar, inconsciente y metamorfosis) frente a la que –omnipotente espanto– no es más que “el simple eco de la banalidad contemporánea”.
Completan la decena dos textos magníficos en que se refieren experiencias muy del surrealismo. “Calles inclinadas” narra un encuentro callejero misterioso, y “Privación del sueño” una experiencia alucinatoria tras dos días sin dormir ni un segundo.
Richard Misiano-Genovese nos aporta un conjunto de escritos donde prosigue en belleza la prospección surrealista del pensamiento y donde se cumple la actitud exigente del surrealismo cara a la vida.